lunes, 25 de enero de 2010

DEFENDER A LOS INDEFENSOS



Las corridas de toro

Gracias a Dios, en las islas canarias no se practican (luchas clandestinas de perros y gallos pues si existen).
Los medios oficiales jamás dan paso a una discusión abierta sobre las corridas de
Toros, todo lo contrario. La corrida de toro parece ser una tradición intocable.
¡Se muestra al torero, el gran héroe, jugándose la vida en un espectáculo montado, y que nadie se atreva en voz alta a oponerse a este anacronismo elogiado!
¿Es que nadie se da cuenta, que se trata de un juego injusto y cruel?
No hay derecho de utilizar a un animal para satisfacer sus ambiciones.
Si un hombre quiere demostrar su valor, si le gusta jugar con el “ fuego “, que busque una manera de satisfacerse mas digna y no se aproveche de un pobre animal , que se ha únicamente criado para ser sacrificada luego en un juego sucio, creado por el hombre en búsqueda de sensaciones perversas.
¿Es que no hemos evolucionado con el tiempo, somos todavía cazadores encubiertos?
Parece que si. Ser un hombre, significa querer dominar.
Oler sangre entusiasma, matar a un animal significa ser un héroe, aunque sea un rival indigno. El mismo placer debe sentir el cazador en caza mayor en África, aunque todo sea una farsa, un montaje para satisfacer a unos instintos degenerados; el deseo, de llevarse, aunque sea solo una vez en la vida un trofeo a casa.
¿Es que acaso se le haya consultado al toro si le gusta luchar contra un desigual, que le proporciona dolores y heridas pinchándole lanzas en el lomo para rabiarle y luego en cuanto termine el espectáculo matarle?
Y no nos olvidemos ¡no se trata de una lucha equilibrada! El torero dispone de un equipo de cómplices bien entrenados, corriendo en su ayuda cuando haga falta.
Y la gente aplaudiendo, siguiendo ese juego perverso, sin reflexionar ni un solo momento sobre lo que están viendo.
. ¿Es que somos iguales que los viejos romanos, locos de alegría en el coliseo contemplando la lucha absurda de los gladiadores? ¿Como es posible que el ser humano sea tan pervertido divirtiéndose con el dolor de otro ser vivo?
¿No es verdad que vivimos en el siglo 21? O me equivoco acaso. ¿No ha cambiado nada, y nada cambiará?
Somos victimas impotentes, incapaces de evolucionar realmente.
Me da igual que el Rey de España acuda a las corridas de toro.
Me da igual que mi amiga española me impida opinar sobre la corrida de toros, porque le parece ser arrogancia extranjera.
Sé, que existe más gente como yo.
Hay organizaciones internacionales que apoyan mi tesis.
Por desgracia hacen falta autoridades, leyes y reglamentos, para progresar en términos éticos y morales.
Creo, que hace falta reflexionar sobre tradiciones en general y en concreto la de la corrida de toro.
Cada tradición tiene que ser revisada, actualizada como cada ley. Si no corre el peligro de que persista en el tiempo siendo un anacronismo no erradicado.

Kathrin Hallauer

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